jueves, 8 de enero de 2009

DECLARACION POLITICA

EL BARZÓN
URGE RECURRIR A UN PAQUETE FINANCIERO INTERNACIONAL

El titular del poder Ejecutivo no puede resignarse y quedar pasmado frente a la recesión de la economía. Ese es el problema fundamental del programa anunciado el día de ayer.

El gobierno mexicano debe de recurrir de inmediato a un préstamo internacional para inyectar los suficientes recursos económicos para ampliar la inversión en infraestructura y para proyectos de desarrollo industrial y agropecuario en el país. Este es el momento en que México debe contar con una base de recursos frescos para poder generar un verdadero impacto económico frente a la crisis internacional.

El Congreso de la Unión aprobó un déficit público del 1.5%, pero lo hizo para una situación económica totalmente distinta. El país, en las actuales condiciones puede resistir un incremento de .5% adicional, alrededor de 50 mil millones de pesos, siempre y cuando dichos recursos se inviertan en proyectos que generen las utilidades para el pago.

El programa de Felipe Calderón está sustentado sobre las bases del presupuesto y de los ingresos aprobados por Senadores y Diputados. No hay ningún esfuerzo adicional. Los cerca de 90 mil millones de pesos que tendrá como costo serán sufragados de las mismas economías que se esperan lograr y aparentemente de reasignaciones y eficiencias, así como del movimiento cambiario.

Dada esta precaridad de recursos, el programa anti-crisis presentado el día de ayer por el gobierno federal resultó insuficiente, no merece en absoluto la confianza de los mercados financieros y no genera ninguna confianza real de los inversionistas. El problema de fondo está en que no tiene ningún impacto sobre la inversión y el crecimiento económico. No genera confianza y tampoco promueve empleo.

Es un programa para una economía que sufre catarro, no para el problema grave de pulmonía que presenta la situación económica mexicana. El gobierno debe de actuar en función de la verdadera emergencia.

El problema fundamental del programa de la defensa del empleo es que no genera empleo. Los que tendrán posibilidad de ocuparse con las obras de remodelación y construcciòn, con las becas y con el viejo programa de empleo temporal no solo son una población reducida, sino que deja fuera todos los cientos de miles de jóvenes urbanos, profesionistas, futuros empleados de clase media empobrecida, para los cuales dicho programa NO les ofrece ninguna oportunidad. Son millones de personas los que quedan a la deriva.


El gasto mayor, aproximadamente 60 mil millones de pesos, está dedicado a los costos que implica congelar el precio de las gasolinas, la reducción del precio del gas LP y tarifas eléctricas para comercios e industrias. La acción debe ser el de la reducción de los actuales precios para homologarlos a los precios internacionales y ampliar el subsidio a las tarifas para el consumo domestico.

La ampliación de la inversión en PEMEX y en obras de infraestructura que se han anunciado, si bien son buenas no son para nada suficientes.

COMISION BIPARTITA PARA NUEVAS OBRAS DE INFRAESTRUCTURA

El Ejecutivo federal y el Congreso de la Unión deben de reunirse de inmediato para elaborar una cartera de nuevos proyectos de inversión en infraestructura productiva y convenir las nuevas fuentes de financiamiento. Las obras anunciadas en el acuerdo el día de ayer son las mismas que estaban contempladas desde el presupuesto de egresos de la federación aprobado en el mes de noviembre pasado. No hay ningún programa nuevo que enfrente la emergencia y el fortalecimiento del mercado nacional y verdaderamente haga crecer la economía.

La formación, con carácter urgente de dicha comisión habrá de ayudarnos a construir en lo inmediato un verdadero programa de Estado en materia de inversión y obras; ello será la base de un nuevo y verdadero programa de crecimiento económico junto con la aprobación de la solicitud de un paquete de ayuda financiera ante los organismos financieros internacionales y gobiernos de otros países.

Este programa de ayuda financiera y de nuevas inversiones tiene que ayudarnos a relanzar la agricultura nacional y fortalecer la infraestructura para el desarrollo del comercio y de la industria de nuestro país.

NUEVA POLITICA DE FINANCIAMIENTO Y TASAS DE INTERES

Más que un programa de reducción de impuestos, las familias y las empresas están esperando un cambio en la política de tasas de interés. Es imposible que los pequeños negocios y la industria de la vivienda puedan resistir las dificultades económicas si se les cancela la posibilidad de acceder al financiamiento. Ya llegó la hora de un cambio radical en la política del Banco de México para volver a establecer los antiguos “cajones de crédito” de tal manera que existan tasas preferenciales que apuntalen los negocios.

Al mismo tiempo se tiene que terminar con la dispersión de los esquemas de garantías que manejan los bancos de desarrollo y los fondos y fideicomisos del gobierno. El gobierno mexicano debe de unificar un verdadero Sistema Nacional de Garantías para flexibilizar y eficientar su funcionamiento y para que se convierta en oportunidades iguales para todos y no solo para que los grandes grupos económicos hagan uso de dicha herramienta para conseguir financiamiento.


LA PROTECCION ALIMENTICIA.

El programa anunciado el día de ayer carece en lo absoluto de una política alimentaria, tanto en lo que se refiere a la producción de alimentos como a la oportunidad para que la clase media y los sectores más pobres puedan acceder al consumo de la canasta básica.

La caída en los precios internacionales de los granos no ha significado alimentos más baratos para millones de consumidores. Los grandes distribuidores de alimentos los han mantenido a la alza sin ninguna justificación y la población de escasos recursos está dedicando más del 50% de su ingreso a comprar sus alimentos.

Es cierto que la crisis quebró el incremento sostenido que habían venido observando los precios internacionales de los granos, pero ello nos puede llevar a un gran riesgo volver a incrementar las compras de granos y alimentos del exterior, incrementar las importaciones de productos, profundizar la dependencia alimentaria y volver a dejar a la deriva un verdadero programa que incremente la producción nacional de alimentos y las distribución a precios verdaderamente justos.

Hay que entender que las causas estructurales que provocaron el incremento del precio de los granos en 2007 y 2008 no se han modificado. Sólo ha cambiado una situación coyuntural derivada de la especulación y la corrida hacia el dólar. Pero siguen presentes los problemas del cambio climático, la creciente demanda de China y la India, el uso de granos para combustibles, los cambios en el patrón alimentario. Es decir, dichos factores volverán a resurgir con fuerza luego de superar las crisis. No podemos perder la oportunidad para que nuestra agricultura pueda cambiar y elevar su productividad.

Es el momento de congelar precios de una canasta básica que beneficie la las zonas urbanas y rurales con mayor pobreza. No solo se requiere un acuerdo de buena voluntad con las grandes tiendas. Es urgente una decisión de estado. Las familias ya no pueden estar destinan do la mayor parte de su ingreso a la compra de alimentos.

PROGRAMA DE AUSTERIDAD

El Acuerdo firmado el día de ayer entre el ejecutivo y diversos actores políticos, es condescendiente en lo que respecta al gasto que ejercen los tres niveles de gobierno. Urge además y para que la sociedad pueda confiar en las acciones del gobierno la aplicación de un Programa de Austeridad que reduzca el gasto corriente que hacen los gobiernos federal, estatales y municipales. No es posible que el pueblo enfrente las crisis desde la miseria mientras los gobernantes se encuentran en la opulencia.

ALFONSO RAMÍREZ CUÉLLAR
PRESIDENTE NACIONAL
EL BARZÓN

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