miércoles, 3 de junio de 2009

Narco elecciones:

Narco elecciones

Rogelio Carvajal


La brutal disputa por el poder político que en la actualidad se desarrolla en nuestro país, no tiene parangón en la historia reciente. Las tácticas mediáticas de los partidos son diversas y contradictorias y con ellas se pretende inducir las decisiones del electorado.

El electorado por su parte, se encuentra escéptico, receloso y desconfiado. Muchos se abstendrán de ir a votar. Otros anularán su voto, votando por todos y por nadie. Ambas posiciones convienen actualmente al partido instalado en el poder federal, el PAN.

Las campañas electorales, se están distinguiendo por prevalecer en ellas el denuesto, la descalificación y la calumnia. Las propuestas de legislación efectiva y práctica política cierta, no se ven por ninguna parte. Tal pareciera que lo que los estrategas españoles (ya nacionalizados mexicanos) pretenden es la desacreditación de la política misma.

La jugada maquiavélica del gobierno federal de poner en “jaque” y desmovilizar a los dos principales partidos opositores, fue “maestra”. La irrupción del ejército, la PFP, hoy PF., No tuvo desperdicio para el PAN; El viernes 29 de mayo, luego de aprehender ilegalmente a los presidentes municipales, así como a los funcionarios de los gobiernos municipales y estatales michoacanos, el partido de la derecha, a la par de insistir con spots promocionales de apoyo al ejecutivo federal y de su partido en su supuesta lucha contra las drogas, así como poner una “cortina de humo” a la crisis económica, decreta un arraigo por 40 días, que puede duplicarse antes que se defina la situación jurídica de los hoy indiciados. El primer plazo del arraigo se vence tres días después de las elecciones federales. Con ellos los partidos políticos quedaron más que exhibidos, desmovilizados y a un tris de ir a parar al bote.

Con la puesta en marcha de los escándalos y operativos anti narco en Michoacán, Morelos y Zacatecas, no sólo hace que la oposición pierda un caudal importantísimo de votos, sino que también obtuvo un incremento substantivo en los niveles de aprobación ciudadana, que manipulada, pone en duda la inocencia de todos los indiciados, así como de los partidos y candidatos opositores.

Desde los medios de comunicación de masas y desde las oficinas nacionales de publicidad de los aparatos partidarios, se están direccionalizando a los candidatos y con ello a los ciudadanos. Desde nuestra percepción de pueblo, lo único que observamos es el bajo nivel y la mediocridad casi generalizada de los candidatos, que salvo algunas excepciones, son el común denominador de aquellos que pretenden integrar la próxima legislatura federal.

Sin embargo y pese a las actuales circunstancias, no deberemos olvidar que es en el Congreso de la Unión, donde se impondrá la política económica del próximo trienio y desde ahí se tomará la decisión de si somos todos los que con nuestros recursos financiamos al mal gobierno y a sus socios los grandes empresarios y banqueros extranjeros, o si por el contrario, se les cobran impuestos a los grandes monopolios televisivos, industriales, comerciantes y bancarios. Lo que está en juego, no es poca cosa; Son nuestros muy mermados ingresos, que hoy, apenas nos alcanzan para sobrevivir, o bien que prevalezca la arrogancia y soberbia de quien hoy mal gobierna.

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